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La alianza de trabajo establecida por Sence y el Servicio de Reinserción Social Juvenil en Magallanes, junto a la Universidad de la Frontera, está dando sus frutos, con la puesta en marcha del curso Mecánica Automotriz y Electromecánica, que se inició con la participación de cinco jóvenes que cumplen sanciones no privativas de libertad.

El curso contempla 158 horas cronológicas, divididas en clases teóricas y prácticas, realizadas en dependencias del OTEC Avansur y del Taller Mecánico Legan, en donde los jóvenes reciben apoyo directo de especialistas que los acompañarán en todo el proceso formativo.

La actividad de lanzamiento del curso permitió que las autoridades pudieran constatar el entusiasmo que los jóvenes han demostrado con esta capacitación, la puntualidad y buena disposición que han demostrado en las actividades programadas. También permitió un espacio de conversación franca sobre el trabajo virtuoso que se produce cuando se conjuga el esfuerzo del Estado y el compromiso de la empresa privada.

Doris Sandoval, directora de Sence Magallanes, destacó que “no hemos hecho otra cosa que honrar la posibilidad de colaborar interinstitucionalmente en este caso, en el marco del convenio que tenemos con el Servicio de Reinserción Social Juvenil, para que todas las voluntades del Estado se pongan a disposición de recuperar las trayectorias de vida y laborales de quienes son el futuro de nuestra región, que son estos jóvenes”.

Por su parte, César Montiel, director regional del Servicio de Reinserción Social, destacó el esfuerzo que se conjugó para la realización del taller: “Este es un enorme esfuerzo entre la OTEC, Sence, la Universidad de la Frontera, y la Corporación Opción, que también trabaja con nosotros. Hemos logrado entusiasmar a este grupo de adolescentes para que entiendan que esta es una tremenda oportunidad para capacitarse, mirar esto como una posible fuente laboral a futuro y tal vez proyectarse en esta línea”.

Maritza Vásquez, encargada de la OTEC Avansur y coordinadora regional de la Universidad de la Frontera, es también la encargada del taller, y valora la posibilidad de formarlos en valores: “Se les ha enseñado no solo lo técnico, sino que también a ser muy puntuales, tanto en llegar a clases como al usar los implementos que se les entregan. Además, se les debe instruir sobre respetar las medidas de seguridad. Los chicos han asumido muy bien sus compromisos, tienen ganas de aprender, participan mucho en clases, eso también habla bien de ellos. Son muy compañeros, estudian juntos”.

Finalmente, Ángel Miranda, ingeniero automotriz del Taller Mecánico Legan, es el empresario que aceptó el desafío de llevar a cabo la capacitación en las dependencias de su negocio, cuya experiencia de más de 30 años lo avalan como formador en estas materias: “Decidí tomar este desafío sin saber cuánto iba a enriquecerme también como persona. Uno no solo les enseña, también uno escucha sus vivencias. Los veo llegar a diario puntualmente, con entusiasmo, y eso quiere decir que están contentos, que también les gustó el desafío. Trataremos de explotar al máximo sus capacidades, apoyarlos también desde lo humano para que sean buenas personas”.